Ha nacido. Ha muerto. Ha resucitado.
Dios. Nuestro justo Dios.
La tradición cristiana, tal vez de forma algo inflexible, ha insistido firmemente en la necesidad de la persona de Jesús para la salvación de la humanidad. Pero no me malentiendas, por favor. El hecho de que la tradición cristiana haya insistido tanto en esto no tiene demasiado que ver con la importantemente diferente aseveración de que no ha habido diferentes puntos de vista sobre cómo funciona la expiación de Jesús. Mientras algunas tradiciones importantes sugieren que la encarnación, pasión y muerte de Cristo era necesaria, otros parecen pensar que si bien no es estrictamente necesario que Dios se encarnara aún así era lo más adecuado. A continuación, seguiré una metodología ligeramente dramatúrgica para ilustrar el problema del pluralismo religioso, que nos ayudará a contextualizar a Jesús frente a las demás religiones. Por un lado, el pluralista religioso representa algunas de las opiniones de filósofos pluralistas como John Hick y Peter Byrne. Por su lado, parte del pensamiento del interlocutor cristiano son propias de Alvin Plantinga, Keith Yandell y Harold Netland.
Aspen, un pluralista religioso, estará conversando con Rich, su mejor amigo de la infancia. Por vueltas del destino (¿o la Divina Providencia?), Rich terminó siendo un ferviente cristiano: Dadas algunas pláticas superficiales sobre sus puntos de vista religiosos, decidieron sentarse a charlar más detenidamente sobre algunos de sus puntos de divergencia filosófica y teológica.
ASPEN: Me alegra mucho volver a verte, Rich. Siempre es bueno platicar contigo sobre estos temas, especialmente por tu trasfondo como estudiante de teología.
RICH: Es igualmente un placer, amigo. Es fantástico que podamos sentarnos juntos a hablar de esto. Aunque finalmente no estemos en mismo campamento, creo que podremos crecer mutuamente.
ASPEN: Completamente de acuerdo. Permíteme, por favor, iniciar esta conversación disparando algunas balas de plata. ¿Te parece bien?
RICH: Por supuesto.
ASPEN: Tengo entendido que los cristianos normalmente están comprometidos con la afirmación de que Jesús es el único medio de salvación para la humanidad perdida. ¿Es eso correcto?
RICH: Parcialmente. En realidad los cristianos tienen todo un mosaico de puntos de vista; el beneficio para el creyente es que posiblemente las objeciones que apliquen a un modelo no aplicarán inmediatamente al otro. Sin embargo, mi propia persuasión es la que acabas de describir. Como lo veo, la lógica del Nuevo Testamento es bastante incisiva: Debido la universalidad del pecado y la singularidad de la muerte expiatoria de Cristo, esto implica que no hay salvación sin Cristo. Como exclamaron fervientemente los apóstoles en Hechos 4:12: "Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en el que podamos ser salvos".
ASPEN: Permíteme interrumpirte en este momento, para señalar que claramente tengo mis problemas sobre estos conceptos. El pecado y la unicidad de la expiación de Cristo son motivos teológicos que encuentro disputables y, si me permites, tampoco puedo darles mucho sentido coherentemente.
RICH: Correcto. Supongo que podríamos avanzar más sobre esto un poco adelante. ¿Te parece adecuado si las asumimos por el momento, para ilustrar mi punto?
ASPEN: No tengo quejas.
RICH: Prosigamos. Como afirmé, creo que esta lógica que subyace a las enseñanzas del Nuevo Testamento nos llevan a la exclusividad del sacrificio de Cristo. Pero aquí apenas empiezan los problemas, lo sé, así que estoy dispuesto a recibir tus mejores disparos.
ASPEN: ¡Me alegra esa disposición! Bien, mi metodología será ascender dialécticamente desde versiones poco sofisticadas de los problemas de la exclusividad de Cristo hasta versiones más complejas y poderosas. Iniciaré con esto: La actitud racional tal vez más popular sobre el fenómeno religioso parece ser colocarlos todos al mismo nivel y luego decir que todos son verdaderos. Todas las religiones son ciertas. Esa es la idea. ¿Qué piensas de esto?
RICH: Creo que es simplemente absurdo. El principio lógico de no contradicción exige que puntos de vista opuestos no puedan ser todos verdaderos. Y hay claras contradicciones entre las religiones. El Islam considera como espuria la encarnación de Dios, mientras que esto es algo esencial para el cristianismo. El inmanentismo hunduista es incompatible con la deidad metafísicamente diferenciada del universo de religiones como el Cristianismo, Islam o Judaísmo, etc. Entonces creo que es simplemente absurdo. Normalmente creo que los que afirman esto no han pensado seriamente sobre sus creencias religiosas.
ASPEN: Lo concedo. No es mi propio punto de vista, pero valía la pena explorarlo. Un filósofo puede tomar varias posturas sobre la diversidad religiosa; puede pensar que es posible demostrar que una religión es verdadera, aunque no se pueda demostrar que ninguna es verdadera puede concebirse que los creyentes religiosos están justificados cada uno en su propia religión, el desacuerdo religioso anula cualquier juicio racional entre religiones por lo que el agnosticismo es la solución, etc. No defenderé ninguna de estas vistas, ni otras más discutidas en la literatura. Ahora, aquí está mi afirmación básica: Todas las religiones son igualmente falsas, al menos en el sentido estricto. Aunque ninguna religión sea estrictamente cierta, pienso que todas son una expresión de la Divinidad.
RICH: Prima facie, tu opinión parece algo extraña. No parece tener demasiado crédito a su favor, especialmente porque de ser correcta, parece hacer algo ininteligible a Dios. ¿Qué puede ser algo Divino subyacente a todas las manifestaciones religiosas? Si no queremos atribuir la incoherencia a esta Deidad, entonces se requiere de más matiz.
ASPEN: Bastante justo de tu parte. Déjame entonces avanzar un poco más, desarrollando mi punto de vista.
RICH: Adelante.
ASPEN: Mi punto de vista podría resumirse bajo tres proposiciones: (1) Todas las formas principales de religión son iguales en cuanto a hacer referencia común a una realidad sagrada única y trascendente. (2) Todas las formas principales de religión son igualmente iguales en cuanto a ofrecer unos medios u otros a la salvación humana. (3) Se debe considerar que todas las tradiciones religiosas contienen relatos revisables y limitados de la naturaleza de lo sagrado: ninguna es lo suficientemente segura en sus formulaciones dogmáticas particulares como para proporcionar la norma para interpretar las demás. Más exactamente, pienso que las religiones deben ser vistas como una respuesta humana condicionada histórica y culturalmente a una Realidad última, inefable o transcategorial (más allá de las categorías humanas), que es fuente y fundamento de todo. Las grandes religiones del mundo encarnan diferentes percepciones y concepciones de, y en consecuencia diferentes respuestas a lo Real desde dentro de las diversas formas de ser humano; y que dentro de cada uno de ellos se está produciendo la transformación moral de la existencia humana del egocentrismo a la realidad. En consecuencia, estas tradiciones deben considerarse como "espacios" soteriológicos alternativos dentro de los cuales, o “Caminos” por los que hombres y mujeres encuentran la salvación/liberación/iluminación. Esto, claro, no es un reclamo de nueva revelación religiosa. No reclamo, ni ningún otro pluralista, ser un nuevo profeta Divino. Esta es meramente una hipótesis académica, que creo que es la mejor explicación de los datos religiosos.
RICH: ¡Hay mucho que desempacar aquí! ¿No, Aspen? Creo que hay un problema inicial con esta hipótesis que haríamos bien en considerar, aunque podría suponer algunas formas de réplica de tu parte. Si la hipótesis de pluralismo religioso que ofreces es correcta, ¿por qué hay más diferencias que convergencias entre las religiones del mundo? En las religiones actuales, por supuesto, tenemos referencias a deidades personales como Yahvé, Dios la Santísima Trinidad, Alá, Shiva, Krishna, y concepciones de lo último religioso como no personal, como el Dao, nirguna Brahman, sunyata o Vacuidad, o el Dharmakaya. Al hablar de lo Último religioso detrás de las diversas religiones, el pluralismo religioso no puede privilegiar las concepciones personales o no personales de la Realidad última.
ASPEN: Bien. Buena pregunta. Creo que podemos tomar prestada la distinción hecha por Kant entre el noúmeno y el fenómeno en la epistemología de la percepción. Podemos distinguir entre lo Último o lo Real desde como es en sí mismo, y cómo es asimilado por las personas condicionadas histórica y culturalmente. Estrictamente, lo Real trasciende nuestras categorías personales/impersonales. Incluso, nada de lo que digamos se aplica en sí mismo a lo Real.
RICH: Una observación rápida. Si no podemos decir nada categóricamente correcto sobre lo Real, eso implica que tampoco podemos decir que no se puede decir nada categórico sobre lo Real. La razón es que la afirmación “nuestras categorías no se aplican a lo Real en sí mismo”, para ser correcta, requiere ser una declaración sobre lo Real en sí mismo. Si no, simplemente no se puede afirmar o se hace ininteligible cómo puede tener sentido cualquier cosa que se afirme sobre lo Real. Pero además de eso, creo que tu suposición de que el universo es religiosamente ambiguo puede ser cuestionada. Pareces pensar que hay una paridad epistémica entre los creyentes de diferentes religiones de modo que ninguno puede demostrar que el otro se encuentra en una posición epistémicamente inferior. Pero puedo pensar fácilmente en una condición que haga este razonamiento inválido: Un grupo está expuesto a más información que los otros, por lo que este grupo es más susceptible de alcanzar la verdad. Si, por ejemplo, los cristianos disponen del testimonio interno del Espíritu Santo, entonces tendrán más información disponible que otros creyentes religiosos, lo que evita la paridad epistémica. Además, también podría decir que hay ciertos criterios objetivos de verdad y racionalidad que nos ayuden a discernir qué religiones son inadecuadas. Por ejemplo, si pensamos que el anatman (“no yo”) budismo clásico es incoherente, esto sería una razón para rechazar racionalmente un principio fundamental de muchas tradiciones budistas. O si pensamos que una Deidad absolutamente única e indiferenciada, sin relaciones eternas, es menos perfecta que una Deidad plural como la Trinidad, eso será una razón para rechazar el Judaísmo o el Islam.
ASPEN: Te interrumpiré en este momento. Creo que mencionas objeciones verdaderamente sabias, pero no incontestables. Por un lado, aunque no pueda afirmar nada categórico sobre lo Real, aún puedo tener conocimiento parcial a nivel fenoménico. Por otro lado, no creo que apelar al testimonio interno del Espíritu Santo sea de mucha ayuda: Simplemente no todos tienen ese testimonio interno, por lo que el problema de condenar a millones por “falta de información” volvería con mucha fuerza. Y dos, parece que otros creyentes religiosos igualmente reclaman experiencias de autoautenticación. El cristiano deberá decir por qué su experiencia es epistémicamente superior.
RICH: Acepto el desafío. No veo muy difícil pensar una respuesta plausible. No diría, en realidad, que el testimonio sea “epistémicamente superior” (tengo dificultades para darle un buen sentido a eso); lo que diría es, bueno, que el cristiano sigue disponiendo de más información. Una mera experiencia religiosa genérica no es más fuerte que la voz interna del Espíritu Santo dándonos confianza de nuestra fe. Creo que este testimonio es un derrotador intrínseco a cualquier otro reclamo religioso, incluyendo el reclamo de experiencias religiosas. Creo que, en cierto sentido, esta es una creencia muy difícil de derrotar: Incluso si hay una explicación psicológica involucrada en estas experiencias, aún es posible pensar que Dios actúa a través de medios naturales (psicológicos) para dar su testimonio.
ASPEN: Sospecho que esto es solo un caso de partir tu torta y comértela. ¡Quieres tenerlo todo a nivel racional! ¿No es el caso que justamente las creencias propiamente básicas son tales porque pueden ser derrotadas? Simplemente, creo que esto arruina por completo cualquier relato sensato de epistemología.
RICH: Ahora es mi turno de interrumpirte para señalar que no pienso que el testimonio interno sea inderrotable, solo que es muy, muy difícil de derrotar. Piensa en el devenir temporal: ¡Cualquier objeción al devenir del tiempo estará en sí mismo participando en el devenir! Parece, irónicamente, que cualquier objeción al tiempo tenso (donde el “pasado/presente/futuro” existió, existe o existirá) se autoderrota. Por lo tanto, la creencia racional del tiempo tenso parece extremadamente difícil de derrotar. Análogamente, el testimonio del Espíritu parece un derrotador intrínseco a otros puntos de vista religiosos.
ASPEN: Bien, eso está mejor. Creo que, bueno, esto solo inicia un debate más largo sobre la naturaleza de la evidencia que no me gustaría desenmarañar aquí. Permíteme decir, entonces, algo sobre mis otras respuestas a tus argumentos. ¿Qué piensas de mi defensa de la inefabilidad?
RICH: Supongo que en realidad no está muy claro para mí lo que quisiste decir. ¿Un “conocimiento parcial a nivel fenoménico”? Si no podemos decir nada sobre lo Real, tampoco sé cómo puedes tener un conocimiento parcial.
ASPEN: Touché. Como lo veo, podemos distinguir entre propiedades puramente formales (como la propiedad de ser un posible objeto de referencia) y propiedades sustanciales, que nos dicen algo significativo sobre cómo es lo Real. Creo que lo Real es un posible objeto de referencia, ¡nos hemos referido a Él en toda nuestra conversación! Pero eso no implica que sea posible decir algo significativo sobre lo Real.
RICH: Presionaré dos objeciones. Primero, usas repetidamente un lenguaje que presupone que tenemos una comprensión positiva de lo Real y que al menos algunos conceptos se aplican de manera significativa a lo Real. Supongo que crees, por ejemplo, que lo Real es "fuente y fundamento de todo", una "realidad trascendente", "la condición necesaria de nuestra existencia y bien supremo", "aquello a lo que la religión es una respuesta", para "afectar a la humanidad", tener una “presencia universal”, etc. La causalidad de algún tipo está claramente implícita aquí, pero al usar ese lenguaje, pero esto va mucho más allá de lo que permite la inefabilidad. Si lo Real está más allá de nuestras categorías, entonces tampoco se le aplican categorías éticas como “bueno” y “malo”. Al inicio de la conversación señalaste que la transformación moral es una forma en la que nos relacionamos con Lo Real, pero si lo Real en sí mismo está más allá de las categorías morales de modo que no sea ni bueno ni malo, y los conceptos y términos morales son aplicables solo con referencia a la vida humana, ¿cómo puede la "transformación moral" servir como criterio para una relación apropiada con lo Real? ¿Por qué suponer que la transformación moral dentro de una religión dada es informativa sobre la relación de esa tradición con lo Real? ¿Por qué suponer que algún comportamiento es apropiado con respecto a lo Real pero otro comportamiento no lo es? ¿No debe lo Real mismo tener propiedades morales si el criterio moral se va a utilizar de esta manera?
ASPEN: Afirmo que la respuesta es tanto Sí como No a tus preguntas. Sí, en el sentido de que si lo Real es apropiadamente representado humanamente (entre otras formas) como un Dios amoroso, entonces es una tautología que es tal que es apropiadamente representado (entre otras formas) como un amar a Dios. Y "ser tal que" equivale a "tener una naturaleza tal que". Pero no, en el sentido de que esto no implica que lo Real en sí mismo sea un Dios amoroso, o de hecho que tenga alguna de las otras cualidades que podemos atribuir a una deidad, como la personalidad, la bondad, el conocimiento, la justicia, etc. Pero sin embargo, su naturaleza desconocida (para nosotros) es tal que, en relación con nosotros, se experimenta, entre otras formas auténticas, como un Dios amoroso.
RICH: ¿Eres consciente, Aspen, de la tensión en tu posición?
ASPEN: Sí, en realidad. Puedo confesar una tensión, pero ¿y qué? ¿acaso no todas las posiciones religiosas luchan con tensiones? Podría pensar que la presencia del mal en el mundo, en sus tamaños y gravedades, son una tensión para el cristiano. O el aparente hecho de la experiencia de que Dios está oculto a la mayoría de personas.
RICH: Estos son dos problemas diferentes, y creo que hay respuestas bastante buenas ambos. Podríamos discutirlo en otra conversación, si te parece bien. Para lo que respecta a esta plática, pienso que tu respuesta tu quoque no es demasiado buena. Mientras que el problema del mal o el ocultamiento divino son dificultades explicativas o lógicas para el cristianismo, la tensión que hay en tu posición amenaza con hacer lógicamente inconsistente el pluralismo religioso. Todo un castillo de naipes caería sin remedio.
ASPEN: No vayas tan rápido, Rich. Una tensión supuesta no es una contradicción inevitable. Si tienes un argumento contra mi respuesta a tu objeción, es bienvenida.
RICH: Concedido. Simplemente no veo que tu respuesta diluya el problema. Parece simplemente reafirmarlo en sus propios términos. Pero pasemos a mi segunda objeción: ¿tiene algún sentido afirmar que existe lo Real, pero que ninguna propiedad sustancial con la que estemos familiarizados se aplique a lo Real? ¿Qué significaría para una entidad existir sin que tenga ninguna propiedad sustancial? Un silencio agnóstico al respecto parecería el único camino razonable. Pero, ¿por qué postular tal entidad en primer lugar? ¿En qué se diferencia “Hay una X pero X es tal que no se le pueden atribuir conceptos de propiedades sustanciales” de “X no existe”? O míralo de esta manera: Si lo Real no tiene ninguna propiedad sustancial, ¿en qué se diferencia un Real existente de uno imaginario o ficticio?
ASPEN: Probablemente deberías recordar que afirmé que lo Real aún puede ser un objeto de referencia aunque no tenga propiedades sustanciales.
RICH: Esa respuesta será esquiva si no explicas cómo ser un objeto de referencia distingue ser un objeto de referencia ficticio de uno existente. Puedo referirme a “los delfines saltarines del mundo NET007 de la Galaxia 3347”. Eso sonaría bien, seguro, para una historieta de Marvel o DC. Pero hay dos opciones aquí: O los delfines saltarines del mundo NET007 de la Galaxia 3347 existen, o no. Si existen, entonces tienen la propiedad sustancial de existir. Si no existen, aún nos referimos a ellos de una forma ficticia. La distinción no ayuda a tu posición.
ASPEN: Observaré que aún tu analogía no se cumple, porque los “delfines saltarines del mundo NET007 de la Galaxia 3347” son entidades no transcategoriales, como sí lo es lo Real.
RICH: Tengo la leve intuición de que se está despegando una petición de principio. Pero lo dejaré pasar, para señalar que tu respuesta solo sirve para establecer el punto: Es simplemente ininteligible lo que significa lo Real como objeto de referencia, o aún más, no dice si existe o no.
ASPEN: Sí, supongo que tienes razón. No será, sin embargo, concluyente contra mi posición porque mi forma de ver a lo Real puede afianzarse más allá del lenguaje para ir a la experiencia religiosa. Podría pensar que si bien lo Real no tiene una existencia como las criaturas, sí es el Ser. Sin embargo, déjame tomar las riendas de la conversación ahora. Hasta el momento, he defendido el pluralismo religioso, la idea que todas las religiones contienen la verdad de la revelación de una realidad última no identificable con ninguna religión especial. Pero tú piensas que esto está mal, y que Dios se ha revelado a través de un libro y una persona: La Biblia y Jesús. ¿Correcto?
RICH: Sí, con la puntualización de que este Jesús es Dios mismo encarnado.
ASPEN: Vale. También eres un exclusivista, que piensa que creer en Jesús es necesario para la salvación. Aquí está mi objeción: Tenemos dos proposiciones. Uno, “Dios es todopoderoso y amoroso” y dos, “muchas personas nunca escuchan el Evangelio y se pierden”. Añade una tercera premisa: “Si Dios es todopoderoso, puede crear un mundo en el que todos escuchen el Evangelio y se salven libremente”. Además, podríamos sugerir que “si Dios es todo amoroso, entonces preferiría crear un mundo donde todos se salven”. Esto nos deja con un escenario profundamente extraño, por no decir moralmente aterrador. ¿Por qué Dios no creó un mundo donde todos se salven? Entiendo que algunos cristianos apelarían aquí a una especie de respuesta contrafáctica (es decir, sobre lo que personas posibles libres harían libremente en ciertas circunstancias). Dirán, tal vez, que puede que no sea factible o preferible para Dios crear un mundo así. Si tal mundo fuera factible y no tuviese deficiencias sobresalientes, Dios lo habría creado. Pero dada su voluntad de crear criaturas libres, Dios tuvo que aceptar que algunos lo rechazarían libremente y a todos sus esfuerzos para salvarlos. Creo que esta respuesta es insatisfactoria. Dios aún podría haber creado un mundo donde Eva nunca tomara la manzana, o aún más, un mundo donde satanás nunca hubiera caído y por tanto Eva ni siquiera hubiera sido tentada. Si, por ejemplo, pensamos que la caída pudo ocurrir porque Dios toleró cierta “distancia” entre el conocimiento angélico y la perfección absoluta de Dios para que ellos pudieran elegir amarlo libremente, entonces si Satanás no hubiera caído todo esto no habría pasado.
RICH: Estoy de acuerdo contigo en que este tipo de respuesta no es concluyente o completamente satisfactoria. En mi opinión, Dios conoce lógicamente después de su decreto creativo, por lo que no puede lógicamente usar su conocimiento para impedir acciones que sabe que ocurrirán. Eso sería absurdo, ¡implicaría que Dios puede falsificar su propio conocimiento! Entonces, creo que esta es una respuesta inicialmente mucho mejor. Sobre el problema de los no alcanzados, en realidad soy un exclusivista parcial, o un punto medio entre el inclusivismo y el exclusivismo, si así quieres verlo. Creo que no es imposible que, dadas ciertas circunstancias, alguien que no haya depositado conscientemente su confianza en Jesús sea salvado. Sin embargo, Dios ha dado un margen amplio de gracia en la creación. Él se ha manifestado en la creación. Por tanto, Dios se comunica al ser humano a través de la creación. Pero lo hace de forma tal que si una persona decide responder positivamente al llamado general de Dios entonces Dios le enviará, si me dejas decirlo así, “más gracia” en la forma de la predicación del Evangelio. Ahora, no creo que esto sea inverosímil. En cierto sentido, creo que esto explica bastante adecuadamente la urgencia cristiana de las misiones y por qué la Iglesia cumple un papel extremadamente importante en el evangelismo. Además, no es fácil rechazar evidencialmente este punto de vista. Técnicamente, los milagros, testimonios de personas en lugares lejanos que se sienten atraídos al cristianismo, las misiones, el evangelismo, etc., pueden verse como evidencia de este modelo. En esta respuesta al particularismo cristiano, Dios no sería injusto porque Él sí le envía el Evangelio a todo aquel que responde positivamente a otras formas de gracia, incluida la creación misma. Los que son condenados y nunca “escucharon el Evangelio” en realidad son condenados porque libremente ignoraron o rechazaron otras formas en las que Dios se comunicó. Veo que esto tiene sentido para mí. Si para ti no, ¿por qué?
ASPEN: Sinceramente, es la primera vez que escucho este modelo matizado, Rich. Probablemente deba pensar en esto un poco más. Pero permíteme presionar un poco lo que es la reacción rápida de mi mente. Primero, parece algo ambiguo el “medio de comunicación” de Dios. Eso parece poder significar simplemente una cantidad casi vergonzosa de cosas. Y segundo, ¿crees que hay evidencia bíblica para este modelo?
RICH: Sobre los métodos de comunicación, en realidad soy algo prudente con intentar establecerlos todos cuidadosamente. La gracia de Dios es multiforme, Aspen. Mi mente no puede limitarla en su cuadrícula racional. Pero diré que es posible que todo aquello que nos conecte existencialmente con la Divinidad puede contar como un caso del llamado general de Dios. Un sueño, una visión, un ángel, un evento extremadamente improbable que encaje ”misteriosamente” con una oración a un Poder Superior genérico, la sensación de asombro ante la naturaleza, seguir los comandos morales de la consciencia, y demás. Sobre la evidencia bíblica, pues no podría tomar textos de prueba a montones. Pero supongo que los pasajes que ordenan la urgencia de las misiones pueden ser reclamadas por derecho propio como apoyando este punto de vista. O tal vez algo más concreto, como Cornelio en el capítulo 10 de Hechos. En este pasaje, se describe a Cornelio como un temeroso de Dios que oraba a Dios siempre. Cornelio recibe un mensaje angelical advirtiéndole que buscara a Pedro. ¡Y Pedro le predicó el Evangelio! Si bien esto no es un texto de prueba, creo que es claramente un caso bíblico de lo que sugiero, lo que diría al menos que deberíamos respirar lentamente antes de rechazar este modelo.
ASPEN: Ya veo. No creo que me hayas convencido, Rich, pero probablemente deba pensar en esto un poco más. A la luz de toda nuestra conversación, ¿qué responderías en defensa de Jesús ante las religiones en competencia?
RICH: Solo diría una cosa, querido Aspen. Mi conclusión de toda esta discusión: “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús SE DOBLE TODA RODILLA de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:9-11).
Colaboración Pensees y Cristianismo Ilustrado
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